Nos encontramos en un mundo rodeado de estímulos: el trabajo, la vida personal, el entorno digital… un continuo desgaste para nuestra mente. Por lo tanto, es fácil caer en el estrés y necesitar un momento diario de relajación.
Comúnmente se asocia la relajación con la tranquilidad o disfrutar de un pasatiempo, pero las técnicas de relajación van más allá y tienen fuertes beneficios para tu salud. La relajación es un proceso que disminuye los efectos del estrés -tanto de tu mente como de tu cuerpo-, ayudándote a lidiar tanto con el estrés cotidiano como con el derivado de otros problemas de salud. Tanto si tu estrés está bajo de control como si aún no has aprendido a mantenerlo a raya, puedes beneficiarte aprendiendo algunas técnicas básicas de relajación.
5. Apunta tus problemas por escrito
Una buena manera de liberar tensión es escribir aquello que te pasa. Ejerciendo esta práctica conseguirás ver la magnitud de tus problemas, y además, apuntarlos en un papel conseguirá que tu mente se libere y seas capaz de ordenar tus pensamientos. Esta es una buena práctica cuando se siente que no hay solución y se necesita un poco de perspectiva.
Es importante que seas capaz de tomar conciencia de qué pensamientos te están estresando, y éste puede ser el primer paso para analizar si realmente es un factor que merece tu atención. Y por supuesto, escribe siempre siendo constructivo contigo mismo, se trata de un ejercicio para ayudarte a liberar tus pensamientos y ayudarte a tomar conciencia.
4. Practica respiraciones profundas
Los ejercicios de respiración son útiles a la hora de relajarse y pueden ayudar a aliviar el estrés, los problemas para dormir o la sensación de estar presionado. Puedes practicar diferentes técnicas de respiración siempre que tengas 10 minutos y un espacio en el que encontrar la calma.
Aunque hay diferentes técnicas de respiración, aquí te dejamos dos fáciles de practicar y para un nivel principiante:
- Respiración abdominal: Es ideal para cuando vas a enfrentarte a un evento estresante -pero ten en cuenta que con el estado de agitación, controlar tu respiración será un reto, asique ten paciencia-. Para comenzar con este ejercicio, deberás colocar una de tus manos en el pecho, y otra en la tripa, inhala profundamente por la nariz y asegurándote de que estás inflando tu diafragma, no tu pecho -este punto es importante para que se produzca un ensanchamiento de los pulmones-.
Se recomienda realizar de 6 a 10 respiraciones lentas por minuto, un total de 10 minutos cada día. Así, reducirás de manera inmediata la presión cardiaca y sanguínea, y tras unas semanas, podrás notar beneficios a largo plazo.
- Respiración por las fosas nasales o Nadi Shodhana: Esta respiración es perfecta en los momentos en los que se busca concentración y energía. Se considera que esta técnica limpia los canales y consigue que las personas se sientan despiertas; además, es una respiración muy recomendada para los practicantes de yoga, ya que se dice que trae calma y balance. Para realizar esta respiración, primero deberás colocarte en una posición cómoda de meditación, después coloca tu pulgar derecho sobre la fosa nasal derecha y comienza a inhalar profundamente con tu fosa nasal izquierda. Al llegar al pico de la inhalación, tapa la fosa nasal izquierda y exhala a través de tu fosa nasal derecha. Después debes continuar practicando este patrón durante unos minutos.
3. Practica yoga
El yoga es una práctica que trabaja tanto tu cuerpo como tu mente, ya que combina posturas físicas con una respiración controlada y con técnicas de meditación y relajación. Como vimos en nuestro post sobre los beneficios del yoga, entre ellos se encuentra la reducción de estrés, la disminución de la presión arterial y la disminución de la frecuencia cardiaca, lo que beneficia a la relajación.
Además, hay diversos estudios que demuestran que el yoga puede ser un gran aliado a la hora de reducir el estrés y la ansiedad, mejorando el estado de ánimo y la sensación general de bienestar. Y también, puede ayudar sobre el control de los síntomas de la depresión y la ansiedad.
2. Camina
Una buena caminata puede ser una técnica fantástica, ya que algunos estudios afirman que cuando se camina, el cuerpo se relaja y envía señales de calma a la mente -lo que te ayudará a aliviar la tensión-. Este ejercicio es fácil de practicar, de bajo impacto y además, eleva el nivel de las endorfinas que reducen tanto el cortisol como la adrenalina -ambos precursores del estrés-.
1. Medita
La meditación es un método milenario con numerosos beneficios, tanto a nivel fisiológico como mental, y ayuda a obtener claridad mental, eliminar tensiones y poder tener enfoque -entre otros muchos beneficios-. Por eso, para relajarse es importante que además del cuerpo, relajes tu mente; y una manera fantástica es hacerlo a través de la meditación. Hay numerosas técnicas de meditación, pero lo que todas tienen en común es que en ellas debes centrarte en el momento presente.
Debes tener en cuenta que las técnicas de relajación son habilidades, por lo tanto, se requiere de práctica para ir mejorando. Sé paciente contigo y si sientes que una de las técnicas de relajación no funciona, anímate a probar otra.