Como buenos yoguis, sabemos que nuestra esterilla es el mejor aliado. Por lo tanto, es imprescindible que pongamos especial atención a su cuidado de una manera regular y adecuada.
La esterilla de yoga, aunque siempre pongamos cuidado en limpiar nuestras manos y pies antes de cualquier práctica, siempre puede llenarse de microorganismos – en parte, debido al sudor que desprendemos. De ahí, la importancia de limpiarla de manera regular: te recomendamos limpiarla siempre ligeramente después de cada uso; y dependiendo de la periodicidad con la que la utilicemos, de una manera más completa cada dos semanas o cada mes.
A continuación, te enseñamos diferentes maneras de limpiar tu esterilla, para que siempre esté en su mejor forma y su vida útil sea lo más larga posible.
Cómo limpiar la esterilla de Yoga diariamente
Es importante mantener tu esterilla limpia, y para ello te recomendamos limpiarla después de cada práctica para que se mantenga siempre fresca y en buen estado.
Diariamente puedes limpiar la esterilla con limpiadores en spray; puedes conseguirlos tanto en tiendas especializadas como en plataformas de venta más genéricas (como por ejemplo, Amazon) y su coste ronda los siete u ocho euros. Pero si lo prefieres, también puedes animarte a crear tu propio limpiador. Aquí te proponemos dos fórmulas:
- En un recipiente (mejor si es un pulverizador, ya que te será mucho más cómodo) mezcla el zumo de medio limón rebajándolo con un poco de agua, una parte de agua destilada o filtrada y unas gotas de aceite esencial -puede ser el que más te guste.
- En un pulverizador, mezcla ¾ de agua filtrada y ¼ de vinagre blanco (es importante que sea sin alcohol), unas gotas (8-10) de aceite esencial de árbol de té – por sus propiedades antisépticas y antifúngicas- y de nuevo, unas gotas (3-4) del aceite esencial que prefieras.
Además, a esta mezcla le puedes añadir de 3 a 5 gotas de Solubol: un emulsionante natural que ayuda a la dilución de los aceites esenciales.
¡Ya tienes lista tu solución! Después, lo único que deberás hacer es agitar bien el pulverizador, rociar tu esterilla con el limpiador y frotar suavemente tu esterilla con un paño de microfibra para no dañar su superficie.
Limpieza según su material
Como te comentábamos al principio del post, la periodicidad de la limpieza más completa dependerá del uso que des a tu esterilla: si sueles utilizarla diariamente, te recomendamos limpiarla a fondo una vez cada dos semanas, pero si haces un uso más esporádico de ella, puedes hacerlo una vez al mes.
Para limpiar tu esterilla de manera adecuada, es importante que tengas en cuenta los materiales con los que está fabricada, ya que diferirá la forma en que podemos tratarla:
- Si está hecha de caucho, puedes limpiarla en la bañera o en la ducha con agua templada, o utilizar una manguera. Para ello, añade un poco de detergente líquido (con el que lavas la ropa normalmente) y frótala cuidadosamente con un trapo de microfibra. Después retira todo el detergente y déjala secar al aire – es importante recordar en este paso no exponerla directamente al sol.
- Si, por el contrario, tu esterilla es de PVC o un material similar, puedes meterla directamente en la lavadora. Utilizando una temperatura de 30 grados, un programa de lavado rápido y siempre evitando los centrifugados. En este caso, puedes optar por echarle detergente o no. Una vez esté limpia, podemos secarla de nuevo al aire sin que le dé el sol.
Ten en cuenta que la esterilla actúa igual que una esponja, y por lo tanto puede tardar ¡hasta un día en secarse completamente! Así que para evitar lesiones y que tu práctica sea cómoda, lo mejor es que mientras se seca, utilices una esterilla de recambio – ya que una esterilla húmeda puede ser muy deslizante.
Como norma general, te recomendamos que guardes tu esterilla siempre enrollada y a ser posible en una funda.
¡Esperamos que todos estos consejos consigas que tu esterilla esté siempre en la mejor forma!