Quizás a principios de año te propusiste comenzar a realizar deporte, concretamente comenzar con el yoga. O quizás te acabes de iniciar en el mundo yogui, estés un poco perdido y no sepas como continuar y crear una rutina de práctica. Si te sientes identificado con cualquiera de estas afirmaciones, muy atento porque vamos a guiarte.
Mucha gente se siente atraído por el yoga debido al beneficio físico, pero como vimos en nuestro post sobre los beneficios del yoga, esta actividad proporciona mucho bienestar a nivel mental: ayuda en la gestión de estrés, control de ansiedad o ser consciente del momento, entre otros beneficios.
Tipo de yoga más recomendado para principiantes
Posiblemente hayas escuchado hablar de diferentes tipos de yoga: Hatha, Vinyasa, Asthanga, Acroyoga, Bikram, … Estos son diferentes estilos de yoga físicos, que suelen ser variantes del Hatha, el yoga tradicional. Actualmente existen diferentes tipologías de práctica: algunas pasivas como el Yin o el yoga Restaurativo; pausadas, como el Hatha, Sivanda o Iyengar; o tipologías de yoga más movidas como el Kundalini o el Ashtanga.
En el siglo XV, el sabio Swami Swatmarama compiló Hatha Yoga Pradipika, describiendo seis extremidades de yoga para lograr la conexión con uno mismo. Es por ello que, el Hatha Yoga también se conoce como Shatanga Yoga (yoga de seis extremidades). El Hatha Yoga se centra en purificar el cuerpo para conseguir purificar la mente; y la purificación de ambas son esenciales para estar saludable -entendiéndose éste como el objetivo principal del yoga, ya que sólo entonces podrás tener el mejor vehículo para tu desarrollo espiritual-.
Para comenzar, te aconsejamos que pruebes el Hatha Yoga, ya que trata de forma pausada las diferentes asanas o posturas, sometiéndote a trabajar la fuerza de forma isométrica. Además, es una práctica básica, apta para todas las edades, suave y fácilmente adaptable a principiantes. Con ella podrás ir conociendo detalles de las diferentes posturas e ir ajustando el cuerpo hasta conseguir la alineación correcta.
Otro beneficio de comenzar con el Hatha Yoga es, que suele ser el estilo de yoga más practicado tanto en centros deportivos como gimnasios, por lo que será más fácil que puedas crear una rutina de práctica.
Frecuencia de la práctica de yoga
Si nunca has practicado yoga, tu cuerpo tendrá que acostumbrarse a una serie de movimientos nuevos e ir ganando flexibilidad, ¡tus músculos van a trabajar de manera diferente! Por eso, es muy importante que des tiempos de descanso a tu cuerpo, y que tus músculos tengan el correcto tiempo de recuperación; con lo cual, para iniciarte, puedes comenzar practicando yoga 2 o 3 días en semana. Ten en cuenta realizar las prácticas de manera espaciada, asistiendo a clase -ya sea virtual o presencial- de manera alterna.
Si no puedes asistir a clases, o de cara a crear un hábito, puedes animarte a practicar cada mañana unos 10 o 15 minutos la secuencia de Saludo al Sol. Esta es una secuencia de posturas fácil de aprender y que te ayudarán a estirar y tonificar tu cuerpo, ¡una manera ideal para comenzar el día con energía!
Siempre ten en mente que, la práctica de yoga y la profundización en la respiración, la consciencia en el momento o en ti mismo requiere tiempo, asique ten paciencia y practica con regularidad -de esta manera conseguirás aprender las diferentes asanas y secuencias-.
Material básico para comenzar
El elemento más importante que no puede faltar en tu práctica de yoga es el mat (o esterilla de yoga). Ésta será la base de tu práctica, te servirá para amortiguar tus movimientos y además te ayudará a estabilizarte -por lo tanto, te recomendamos que elijas una esterilla antideslizante-. Tu mat te acompañará mucho tiempo, así que elige uno de materiales resistentes y que sea fácilmente transportable, ¡así podrás practicar donde más te apetezca!
Otros materiales que pueden ayudarte, no solo al inicio, sino más adelante a practicar determinadas posturas o en tus estiramientos son: los bloques de yoga, las correas, el cojín zafú o la rueda de yoga. Estos elementos te ayudarán a hacer las posturas más accesibles, ayudándote a ganar flexibilidad, estabilidad y corregir tu alineación a la hora de realizar los diferentes movimientos.
Por supuesto, te recomendamos que para tus prácticas elijas ropa cómoda, de tejidos transpirables y que actúen como una segunda piel -las prendas más ajustadas pueden ayudar a tu profesor a corregir tus posturas de manera más efectiva-. Además, cuanto mejor se adapten las prendas a tu figura, será más fácil que estés concentrado en tu práctica en vez de en los movimientos de tu ropa.
Normalmente, la práctica de yoga se realiza descalzo, pero si te sientes más cómodo y seguro, también puedes optar por elegir unos calcetines antideslizantes; así, evitarás resbalones y caídas que puedan acabar en una lesión.
Consejos que te ayudarán
Antes de comenzar con tu práctica de yoga, queremos darte unos últimos consejos:
- Para crear un hábito de práctica es importante que tus clases sean accesibles, por lo tanto, si buscas clases presenciales, elige un centro que esté cerca de tu casa o trabajo, ya que así no te pondrás excusas. Y si vas a practicar en casa de manera online, planifica tu semana y guárdate un momento fijo y específico para tu ejercicio.
- Es importante que tu profesor te transmita buena energía, paz y sobretodo, te haga sentir cómodo. Asique no dudes en probar diferentes clases y profesores para encontrar el que más se ajuste a tus preferencias.
- Como cualquier deporte, puedes practicar yoga por la mañana o por la tarde, pero lo importante es no sentirte pesado durante la práctica. Aunque esta es una decisión personal y que depende de cada cuerpo, puedes practicar yoga en ayunas o si decides comer antes, dejar al menos dos horas de margen hasta comenzar con tu clase.
- Durante tu práctica, concéntrate en la respiración. Las inhalaciones y exhalaciones marcan los tiempos de las diferentes posturas, practica con calma y consciencia.
- Date tiempo, no te compares con los demás. El yoga requiere de práctica, poco a poco irás aprendiendo las asanas e irás desarrollando flexibilidad. ¡Lo importante es seguir practicando!